17. Hablan los
especialistas
Walter Turnbull
La Iglesia —dice un especialista— sigue una estrategia
pendular en la elección de los papas.
Si organizáramos un campeonato, sería difícil decidir
cuál de las barbaridades que han dicho los “expertos en religión” a
propósito de la muerte de Juan Pablo II es la mejor; pero una
definitivamente buena es la del señor Juan Luís Hernández, especialista en
Iglesia y política que ha aparecido repetidas veces en la televisión desde
la hospitalización del papa hace un par de meses.
Según este conocedor, la Iglesia sigue una estrategia
pendular en la elección de los papas, eligiendo alternativamente a un
conservador y a un liberal, a modo de equilibrar fuerzas y mantener
contenta a la mayoría, o lo eligen según las necesidades del mercado,
según lo que exija en ese momento la moda o la política.
Se imagina este señor a un peculiar grupo de oscuros
(qué útil es esa palabra cuando se habla de la Iglesia) frailes
encapuchados, de manos huesudas y malignas expresiones maquiavélicas,
reuniéndose en lo oscurito para disertar sobre los posibles candidatos y,
llegado el momento, manipular las elecciones para entronizar a su campeón,
como si fueran políticos mexicanos en tiempos de la dictadura hereditaria
o directivos de una transnacional. Bien se aplica aquí ese dicho que dice
que “cree el león que todos son de su condición”. Muchos incluso han
especulado sobre quién es el más allegado al papa, como en México se
observaba quién era el más allegado al presidente.
Cualquiera que se informe someramente —ya no digamos un
experto— del procedimiento para la elección de un papa, podrá darse cuenta
de una cosa: son las más transparentes que existen. No hay partidos, no
hay campañas, no hay debates, no hay propaganda, no hay sistemas que se
puedan caer, no hay tortibonos a cambio de votos, no hay cabildeo, no hay
casillas de votación en pueblos fantasmas, no hay boletas falsificables...
Son ciento y tantos cardenales que se reúnen, votan y cuentan. ¿En qué
momento supondrá este señor que se realiza esa deliberación y cómo
supondrá que le hacen esos estrategas para imponer a su elegido? ¿Estarán
todos los cardenales de acuerdo en esa farsa? Porque yo jamás he oído de
un cardenal que se queje por un fraude electoral. ¿Habrá en el proceso una
caja negra que nadie ha notado, salvo nuestro experto?
El papa ciertamente es elegido de acuerdo a un plan
brillantemente trazado y según las necesidades del momento. No hablamos de
un proyecto de conservación del poder o de necesidades definidas por la
mercadotecnia. Hablamos del plan de salvación y las necesidades de la
humanidad. Hablamos de una elección llevada a cabo por el Espíritu Santo
por medio de los cardenales. Jesús, para designara a su sucesor, no eligió
al que le caía bien: eligió al que le indicó el Espíritu Santo. Yo quiero
creer que, en todos los casos, desde que la Iglesia existe, el Espíritu
Santo ha elegido al vicario de Cristo que hacía falta en ese momento, no
para manipular a las masas, sino para el servicio de la humanidad entera.
Papas santos y perversos, inteligentes y tontos, carismáticos y odiosos,
elocuentes y tímidos, dinámicos y apáticos, todos han sido la persona
oportuna en el momento necesario para conservar intacto y comunicar al
mundo el tesoro de la verdad. Desde hace más de un siglo, por cierto,
todos los papas han sido santos, inteligentes, carismáticos y dinámicos.
Necesitaríamos que el experto nos dijera cuál ha sido el liberal y cuál el
conservador.
Espíritu de colaboración en el plan de Dios,
disposición al servicio, humildad, sentido de hermandad, ambiente de
oración, abandono en el Espíritu Santo... Esa es la estrategia de la
Iglesia. Claro que es muy difícil de comprender y de creer para el que no
conoce a Dios, no cree en la acción del Espíritu Santo y, sobre todo, no
conoce a la Iglesia.
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