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[FIRMAS] CARLOS DÍAZ

Tramposos

Carlos Díaz

Con frecuencia los valores son un dulce muy apetitoso para los tramposos, que no devuelven los préstamos, manipulan, engañan, y muerden la mano que les alimenta.

Poblada por gentes tales, la Tierra sería el infierno de Sartre («el infierno son los otros»). Y, aunque el tramposo no lo crea, siempre llega al saloon del far west algún forastero más tramposo que él, y el final resulta fatal: por «crisis cíclicas», cayendo de menor a mayor, pugnan los supertramposos hasta la derrota final.

Robert Greene ha elaborado las 48 leyes del poder, que son las 48 leyes del tramposo: 1. No eclipsar a nuestros superiores. 2. No confiar demasiado en los amigos y saber utilizar a los enemigos. 3. Ocultar las intenciones. 4. Decir menos de lo necesario. 5. Defender la reputación a toda costa. 6. Llamar la atención siempre. 7. Conseguir que otros hagan el trabajo y llevarse uno el mérito. 8. Hacer que los demás vengan a uno, poniendo un cebo si es necesario. 9. Ganar a través de la acción, nunca del diálogo. 10. Evitar el contacto con los infelices y desafortunados. 11. Aprender a hacer que la gente dependa de nosotros. 12. Utilizar la honestidad y la generosidad de forma selectiva para desarmar a nuestras víctimas. 13. Al pedir ayuda, apelar al provecho que el otro puede obtener prestándola, no a la misericordia o agradecimiento. 14. Actuar como un amigo, trabajar como un espía. 15. Machacar contundentemente al enemigo. 16. Permanecer distante para aumentar el respeto y el honor. 17. Mantener a los demás en estado de terror y suspense, alimentar la imagen de impredecible. 18. Encontrar aliados, no aislarse. 19. Saber con quien se está tratando. 20. No comprometerse con nadie. Hacerse el ingenuo, parecer más tonto que la víctima. 21. Utilizar la táctica de la rendición: convertir la debilidad en poder. 22. Halagar y denigrar alternativamente. 23. Concentrar la fuerza. 24. Saberse el manual del perfecto cortesano. 25. Crearse imagen. 26. Mantener las manos limpias, aunque sólo sean las manos. 27. Aprovechar la necesidad de creer ajena para conseguir adeptos. 28. Entrar en acción con audacia. 29. Planear todo el camino hasta el final. 30. Hacer que los logros propios parezcan realizados sin esfuerzo. 31. Controlar las opciones, conseguir que los demás jueguen con nuestras cartas. 32. Jugar con las fantasías de la gente. 33. Descubrir el talón de Aquiles de cada persona. 34. Ser regio en el comportamiento: actuar como un rey para ser tratado como tal. 35. Dominar el arte de calcular el tiempo. 36. Desdeñar las cosas que no se puedan tener: ignorarlas es la mejor victoria. 37. Crear espectáculos atractivos. 38. Pensar como se quiera, pero comportarse como los demás. 39. Remover las aguas para pescar peces. 40. Desdeñar la comida gratuita. 41. Evita seguir los pasos de un gran hombre. 42. Golpear al pastor para que se dispersen las ovejas. 43. Manipular los corazones y las mentes de los demás. 44. Desarmar y enfurecer a los demás reflejando sus actitudes. 45. Predicar la necesidad de cambio, pero nunca reformar demasiado de una sola vez. 46. Nunca parecer demasiado perfecto. 47. No sobrepasar la meta que uno se ha marcado. 48. Adoptar una apariencia acomodaticia.

Desengáñese: no merece la pena. Ni siquiera a usted.

 
 

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