Desobediencias valiosas

LFN

La desobediencia es virtud cuando el vicio pretende ser ley.

 

La desobediencia es un valioso ejercicio de la libertad.
Anula todo servilismo degradante.
Cancela toda manipulación externa que intente programar la propia conducta.
Evita ejercer el papel de marioneta, manejada por los hilos de la sugestión o la intimidación.
Ser obediente al propio ser, a lo esencial de la naturaleza humana, a la propia conciencia, a los grandes ideales exige la desobediencia a los dictados del egoísmo y de todas las dominaciones extrañas.
Las desobediencias valiosas suponen una actitud crítica que filtra lo que sirve de lo que estorba, con un discernimiento activo y alerta.
No es posible la masificación dócil y conformista cuando se es valiosamente desobediente a todo lo que intente someter, imponer, sustituír.
Desde las sugestiones subliminares que pretenden adueñarse del subconsciente y dar órdenes subrepticias, hasta los condicionamientos de absurdos patrones culturales o tradiciones nunca revisadas o sacralizaciones extralimitadas, es amplio el campo propicio para las desobediencias valiosas, que humanizan y personalizan a quien es celoso de su dignidad personal.
Los mandatos velados de autoridades espurias se dirigen a controlar conductas y a sustituír decisiones, represando el avance hacia la madurez humana. Desobediencia a lo mentiroso y a lo injusto, a lo infundado y contradictorio, a lo tiránico o arbitrario será siempre virtud, temple y alta categoría del actuar humano.
Cuando la autoridad apoyaba la esclavitud, el rebelde Emerson fue a dar a la cárcel. Un amigo que lo visitó le decía: “¿Cómo un hombre decente como usted puede estar en este lugar?” Y Emerson respondía: “Yo lo que no me explico es cómo pueda sentirse decente quien permanezca allá fuera”. Para él la única libertad posible era estar encarcelado porque eso lo libraba de la complicidad con quienes fomentaban la esclavitud.
La desobediencia es virtud cuando el vicio pretende ser ley.
Se requiere urgentemente esa desobediencia que genera una nueva obediencia, ya no por inconciencia, por temor, por debilidad, por conformismo sino por lealtad a lo mejor del hombre. Sólo desobedeciendo a toda mentira podrá alcanzarse la libertad para obedecer siempre a la verdad...

 

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Publicado el: Viernes, 28 de Noviembre de 2003 13:20:27 -0600